Rafael Aracil Ruescas
Aracil Ruescas, Rafael
Nací en Alcoy (Alicante) en 1930.
Cursé mis estudios de Bellas Artes en la Escuela Superior de San Carlos en Valencia, como becario de la Universidad
Valenciana y del Excmo. Ayuntamiento de Alcoy, obteniendo la licenciatura en la especialidad de Pintura y Dibujo, así como Grabado Calcográfico y Arquitectura Interior, consiguiendo en 1952 el Premio Extraordinario de fin de carrera.
En 1955 obtengo la Pensión de Paisaje del Patronato de la Alhambra en Granada, que me permite desplazarme a la capital andaluza para perfeccionarme. Así logro varios
premios como el Ciudad de Valencia de Paisaje, Ciudad de Valencia de Figura, Medalla en el Nacional de Alicante y el Alfonso Roig de Escultura.
Buscando
completar mi formación y nuevas tendencias, me traslado a París en 1957 donde obtengo una beca e ingreso en Beaus Arts como artista residente. Es aquí donde se produce en mí la primera evolución artística, al postergar
el lenguaje constructivista frente a una nueva figuración de índole expresionista.
Todas mis etapas creativas están ligadas y unidas
a las anteriores, aunque en principio pueda aparentar que no se relacionen entre sí.
En 1967, ya de regreso en España, me dedico de lleno a
la enseñanza y a la recuperación de la Escuela de Artes y Oficios de Alcoy, donde soy profesor y más tarde director hasta su oficialidad como centro. También continué mi labor docente en el Instituto Padre Vitoria y finalmente
en el Colegio La Salle.
Pero es en 1978 cuando empieza a producirse un cambio en mi vida y expresión artística. Esta nueva concepción
fue la consecuencia de la idea de la existencia que se formaba en el hombre; la física de aquel momento revela en mí una nueva evolución artística. Descubro que mi vida y obra es profundamente espiritual, y aquí comienza
mi meditación sobre los mundos amorfos y a entender que el Arte es el espejo y la vanguardia del crecimiento del alma de la Humanidad.
Ya en 1985,
como espectador del Universo, y tomando consciencia de formar parte del Espíritu creador, concibo la Geometría Cósmica como el conjunto ordenado de todas las cosas creadas. Llegado a este punto de evolución, pongo en claro y doy
a conocer mi propósito y los motivos que han de guiar mis actos en lo sucesivo.
Globalmente me refiero al “Alineamiento Micro-cósmico
y Macro-cósmico” y su aplicación universal bajo la “Ley de Vibración”. Lo baso en que “Nada está inmóvil, todo se mueve, todo Vibra” y, por consiguiente, esta ley (entendida más y mejor
en el mundo “gestáltico”) se la ve actuar en todos los departamentos. Así toda obra constructiva será expresada en términos de números, colores y por medio del sonido.
En este mismo año, la Metamorfosis del Arte de Vanguardia y/o la “Realización” de mi obra me llevan a firmar mi “Vibración Recíproca” con la del Ego, alinearla suficientemente como para formar un canal y
producir “el Acorde con el Ego”.